miércoles, 5 de septiembre de 2007

PREVENCIÓN POR VENIDA DE FÉLIX

Ejecutan plan de evacuación en comunidades de Izabal
Por: Prensalibre


Trabajadores de la Portuaria Santo Tomás protegen las ventanas. (Foto Prensa Libre: Emerson Díaz).

Mientras el huracán Félix arrasaba ayer la costa caribeña de Nicaragua para, después, convertirse en tormenta tropical, a su paso por Honduras, en Guatemala, la población nororiental se mantenía indiferente ante la amenaza meteorológica.

“Yo no he oído nada de huracán”, “eso es en Honduras”, “aquí siempre dicen, pero después no pasa nada”, fueron las respuestas más repetidas ayer entre los vecinos de algunas comunidades del departamento de Izabal.

A pesar de que la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) emitió una alerta naranja y recomendó a la población que tomara precauciones, casi nadie dejó que la amenaza perturbara sus actividades diarias.

La única señal respecto de que algo extraordinario podría ocurrir en las próximas horas eran los numerosos barcos que, en vez de estar anclados en el agua, permanecían resguardados en tierra.

En Río Dulce, los veleros permanecían arriados y cubiertos, a la espera del temporal.

El cielo de Izabal estuvo ayer, incluso, más despejado que otros días de invierno, como si el dicho popular “Tras la tormenta llega la calma” hubiera cambiado de sentido.

Apenas cayeron unas gotas de lluvia a primera hora de la mañana, pero después lució el sol casi todo el día. Esto generó que las medidas de prevención de la Conred y el plan de evacuación preventiva no surtieran efecto.

Desde las 6 horas, un guardacostas de la Base Naval recorrió el litoral de las localidades de Punta de Manabique y Cabo Tres Puntas para recomendarle a la población que pasara la noche en el albergue de Puerto Barrios o en casa de algún familiar.

Según el gobernador de Izabal, Roderico Sandoval, esas dos localidades son las que corren mayor riesgo, debido a que están situadas en un área donde habitualmente se producen inundaciones, debido al desbordamiento de ríos.

“La gente no quiere irse de su casa, por temor a que le roben, pero en horas de la noche, cuando el agua empieza a subir, ya no podemos hacer mucho para ir a rescatarla”, comentó Sandoval.

Añadió que los efectos no podrán ser determinados hasta hoy, cuando Félix posiblemente toque tierra guatemalteca.

Durante la mañana de ayer, según estimaciones de Carlos Tomás, comandante tercero de la Base Naval, unas 200 personas fueron evacuadas en lancha, pero ninguna necesitó utilizar el barco del Ejército.

Ante la duda de lo que hubiera podido pasar, los cuatro barcos que debieron atracar ayer en Puerto Santo Tomás se quedaron anclados en alta mar.

Tomás aseguró que llegarán a tierra hoy, si la depresión tropical no es muy fuerte. En el puerto, la actividad era casi nula; sólo trabajaban las grúas, que se encargaban de apilar los contenedores en doble fila, para prevenir que el viento los volcara.

Para la Conred, la amenaza es latente, a pesar de que Félix se ha degradado a tormenta tropical. Luis Fernando de Paz, jefe regional de la Coordinadora, opinó: “Una depresión tropical puede ser para Guatemala igual de peligrosa que un huracán, ya que el terreno no está preparado para recibir tanta agua de una sola vez”.

Agregó que Zacapa, Chiquimula e Izabal siguen en alerta. “Tenemos los albergues preparados, y aconsejamos a la población que se encuentre en zonas de recurrente inundación que se traslade a un lugar más seguro”.

Ambiente

Estos son algunos detalles que llamaron la atención en la jornada de prevención que se vivió ayer en el departamento de Izabal.

Se observó algunos yates fuera del agua, protegidos en parqueos. Sin embargo, los veleros de gran tamaño eran sujetados a los muelles y protegidos con lonas.

Para evitar que pedazos de vidrio causaran lesiones a los pobladores, en las ventanas se pegó cinta adhesiva.

Las lanchas que usualmente viajan llenas hacia Livingston, estaban amarradas a los muelles, sin demanda de turistas.

Los contenedores con mercadería, en Puerto Santo Tomás, fueron colocados en doble fila, para evitar daños al llegar los vientos.

Unos 200 pobladores fueron evacuados de sus comunidades, en Punta de Manabique, hacia casas de familiares, en Puerto Barrios.

Un albergue para 600 personas fue habilitado en el complejo deportivo de Puerto Barrios.

Testimonio: Sin temor

Neftalí Vásquez pesca, junto a su mujer y sus tres hijas, en una lancha, frente a la costa de Punta de Manabique. No tiene temor a la llegada del huracán. “Me enteré por un amigo de la capital, que vio lo del huracán en la tele y me avisó, pero aquí nadie nos ha contado nada”, aseguró.

Neftalí ya vivió el Mitch, pero no cree que Félix llegue a esa magnitud.

“Ya la otra vez vinieron a contarnos que venía un huracán. Nos fuimos al albergue y nunca llegó, así que nos quedaremos”, afirmó desde su lancha, que se mecía levemente en el tranquilo mar.

Aunque durante el Mitch se vieron afectados y sus hijas escaparon de las inundaciones, subidas en un colchón, Neftalí cree que sólo Dios tiene la última palabra, y sigue pescando tranquilo.

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