miércoles, 5 de septiembre de 2007

ECONOMÍA PARA TODOS: CURSO FORZOSO DE BILLETES EN 1885

Por: José Molina Calderón

Opinión

Cuando operaban tres bancos de emisión, Internacional, Colombiano y de Occidente, el 2 de abril de 1885 murió en Chalchuapa, El Salvador, el presidente Justo Rufino Barrios.

El primer designado a la Presidencia, Alejandro Sinibaldi, asumió el mando inmediatamente. El 5 de abril renunció ante la Asamblea Constituyente. Se declaró al segundo designado, general Manuel Lizandro Barillas, para completar el período presidencial.

Primer asalto a banco

Un oficial del ejército llegó con tropas una noche al Banco Internacional, y lo obligó a entregarle toda su plata metálica. Ante ese robo, el banco se vio obligado a suspender los pagos en metálico y el público se puso nervioso.

El 6 de abril de 1885 se emitió el decreto gubernativo 320-1885, autorizando el curso forzoso de los billetes emitidos por los tres bancos.

Significaba que se relevaba a estos bancos “legalmente organizados y conocidos en el país”, de la obligación de realizar sus pagos en moneda corriente de plata y oro, “quedado en facultad de hacerlo con sus propios billetes, aún cuado hubiere estipulación en contrario”.

El decreto correspondiente establecía: “Esta concesión se limitaría a los pagos y operaciones que practicaran los mencionados establecimientos desde esta fecha (6 de abril), hasta el 31 de diciembre del mismo año (1885), de tal manera que el 1o. de enero de 1886 quedaran restablecidos sus pagos en moneda efectiva, moneda de metal: oro o plata”.

Curso forzoso

También estableció el decreto que los billetes emitidos o por emitir de parte de los bancos, serían de curso forzoso en todos los pagos y transacciones públicas y privadas, de tal manera que se consideraran como si fuesen moneda metálica efectiva.

Añadía el decreto: “El gobierno quedará subsidiariamente responsable” de los pagos de los billetes que circulaban, provenientes de los tres bancos.

De esta forma, se otorgó la garantía del Estado a favor del pasivo de dichos Institutos de Crédito.

Al no existir legislación general bancaria, el mismo decreto autorizó a cada uno de los bancos, a emitir billetes al portador, por una cantidad límite equivalente al valor de la existencia en moneda de plata y oro, más las letras y pagarés que tuvieran en su cartera con vencimiento al 31 de diciembre de 1885.

El tipo de descuento para letras y pagarés que los bancos podían exigir, no pasarían del 12 por ciento anual.

El día 7 de abril de 1885, para aclarar las dudas que se dieron en la interpretación del decreto del día previo, decretó: “que los billetes de los bancos Internacional, Colombiano y Occidente, son de circulación forzosa en las transacciones públicas y privadas, y se considerarán como moneda metálica efectiva en los pagos que se verifiquen entre particulares y en los que se hagan en las Oficinas Nacionales o éstas tengan que hacer”.

El 9 de abril de 1885, Barillas convocó a la Nación a que eligiera presidente de la República para el segundo período constitucional, en el que resultó electo él mismo.

Casa Piñol

Por acuerdo gubernativo del 4 de septiembre de 1885, y debido a la falta de liquidez de los bancos, se ordenó devolver de parte de la Tesorería Nacional y a favor del Banco Colombiano, la cantidad de 1,800 pesos (equivalentes a dólares), que el director del mismo había enterado a la Tesorería de la Universidad, “como impuesto legal por la compra que hizo de la casa de Piñol y atendiendo a que son muy escasos los fondos con que cuenta este último establecimiento”.

La casa Piñol, situada en la 7ª. avenida 9-11, zona 1 de la capital, tiene su propia historia. Durante la persecución religiosa de J. R. Barrios, un convento de monjas se trasladó a esa casa, permaneciendo escondidas, hasta que encontraron un lugar más seguro.

El agua de uso de la casa -no había drenajes- la lanzaban de noche a los drenajes en la calle a flor de tierra, para que no las descubrieran.

Posteriormente, fue la sede del Banco Colombiano -se destruyó parcialmente por los terremotos de 1917-1918-. Luego, fue la sede del Banco Central de Guatemala, y en 1946 la propia del Banco Agrícola Mercantil, hoy transformado en Banco Agromercantil (2007).

La crisis continuó. El 27 de noviembre de 1885, el decreto gubernativo 358-1885, aprobó por seis meses adicionales los efectos del curso forzoso. Y todo volvió a la normalidad

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