jueves, 6 de septiembre de 2007

TRATAMIENTO DE PELICULA



Algunos psicólogos recomiendan ciertos celuloides como terapia para pacientes con enfermedades emocionales



Por: Redacción Revista D


Los trastornos psicológicos y las enfermedades mentales serán cada vez más comunes en el mundo desarrollado del siglo XXI.

Los especialistas han incorporado una innovadora opción terapéutica para entender el comportamiento humano y lidiar con problemas cada vez más frecuentes, como la ansiedad, la depresión o el estrés: el cine.
“Las películas siempre han sido un vehículo para aprender lecciones de vida y recibir mensajes que nos ayudan a seguir adelante”, asegura la doctora Patricia Farrell, autora del libro How to be your own therapist (Cómo ser tu propio terapeuta).

Algo en común tienen Rusell Crowe en Una mente brillante; Sean Penn, en Yo soy Sam; Dustin Hoffman, en Rain man; Leonardo Di Caprio, en A quien ama Gilbert Grape; Tom Hanks, en Forrest Gump, o Robert De Niro, en Despertares. Todas estas películas, además ser famosas y en algunas casos “oscarizadas”, abordan historias relacionadas con la esquizofrenia, el autismo, el retraso mental, el Parkinson y otros trastornos.
Los actores que encarnan a los pacientes han reflejado admirablemente lo que ocurre en la realidad.

En la película de Jessie Nelson, Michelle Pfeiffer es la fría abogada de un deficiente mental (Sean Penn) que debe luchar en los tribunales para conservar la custodia de su pequeña hija. (Dakota Fanning).

El séptimo arte quizá no conduzca al séptimo cielo (una de las esferas que conforman el paraíso que describe Dante en la Divina comedia), pero al menos puede ayudar a salir a muchas personas del infierno que supone el hecho de sufrir una patología de la mente o un conflicto entre sus ideas y emociones.

Al menos, es lo que sugieren los especialistas que recurren a la proyección y el análisis de obras cinematográficas para estrechar su relación con el paciente y ayudarlo a solucionar sus problemas consigo mismo, con las personas y el mundo que lo rodea.

El cine como medio de comunicación es uno de los canales que más influyen en la sociedad. Las películas que incluyen en su trama la problemática de los trastornos mentales crean un vínculo directo con los espectadores, ya sean pacientes o profesionales de la medicina.

Esta es la premisa que ha impulsado a los expertos Danny Wedding, Mary Ann Boyd y Ryan M. Niemiec, pertenecientes a distintas instituciones universitarias de Estados Unidos y especializados en salud mental y psicología conductual, a escribir el libro El cine y las enfermedades mentales.


Su objetivo es explicar cómo las diversas alteraciones psicopatológicas se pueden representar a través de un medio de masas como el cinematográfico, para ayudar al médico a comunicarse con sus pacientes y a explicarles los detalles de la enfermedad, el tratamiento y sus efectos secundarios, etc.

De la gran pantalla a la consulta médica

Mediante el análisis del contenido de algunas películas, los expertos comparan lo tratado en un filme y los casos reales, luego evalúan los diagnósticos que se dan en la película y ayudan al médico a acercar la patología a la realidad.

Los investigadores han dividido las cintas, según la patología y han relacionado los síntomas latentes en cada una de ellas. Cada capítulo clínico incluye la elaboración de la historia de un caso y la exploración de su estado mental, mediante un cuestionario, y profundiza en el desarrollo de la patología de cada personaje.

Se evalúa cada situación y caso particular: antecedentes, desencadenantes, aspectos médicos, observación de comportamiento. Además se ofrece un diagnóstico, se propone la terapia y se incluye un pronóstico del paciente si sigue la terapia sugerida.

Debido a la falta de tiempo en las consultas, el médico no puede explicar de forma extensa y contestar todas las dudas del paciente y de sus familiares. La explicación de las películas le ayuda a hacerlo, a través de un lenguaje y una cultura más próxima a la mayoría de la gente.

Según Wedding, Boyd y Niemiec, el cine “es una herramienta didáctica muy efectiva, pues capta rápidamente la atención del paciente y su parte afectiva ayuda a explicar los casos de forma muy cercana”. Además, puede convertirse en una herramienta docente muy útil para el diagnóstico y la comprensión de diversas psicopatologías.

Elsa Orlandini, psicóloga clínica, define la cinematerapia como "un instrumento muy bueno para tratar ciertas condiciones", pero recomienda mucha precaución. Esto, porque una película puede causar efectos negativos en el paciente o exacerbar los síntomas existentes.

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