jueves, 6 de septiembre de 2007

EL CONTROVERTIDO DON DINERO

El dinero puede convertirse en una poderosa herramienta de manipulación en las relaciones
Por: Prensa Libre

En el dinero está el origen de muchos conflictos y preocupaciones, pues afecta el trabajo y muchas de las relaciones humanas. (Foto PL: Lucía Herrera).

¿Cómo hay que manejar los asuntos económicos en la pareja? ¿Qué hay detrás de la gente demasiado generosa? ¿Hay que darle a los hijos todo lo que piden?

En el dinero está el origen de muchos conflictos y preocupaciones, pues afecta el trabajo y muchas de las relaciones humanas. Es un tema tabú del que apenas se habla abiertamente y una de las principales causas de resentimiento familiar y rupturas matrimoniales.

Según cómo se utilice, este caballero, Don Dinero, puede ofrecerse como expresión de amor o ser retenido o rechazado como un medio para invadir, dominar, controlar y aprovecharse de los demás, ya se trate de conocidos, familiares o amigos.

Los psicólogos aportan algunas claves para entender y utilizar este recurso como lo que es: “un medio de pago o cambio económico”, en lugar de un arma secreta para manipular a los demás.

¿Quién paga?

El dinero afecta las relaciones, y puede haber mucha tortura por el control económico.

Es por ello que se recomienda que cada uno mantenga una economía independiente y un fondo común para los gastos compartidos, y si uno de los dos pasa por un mal momento, el otro lo ayuda. Así, hay unos gastos fijos a los cuales cada uno aporta una determinada cantidad, y otros ingresos propios, que cada uno administra y utiliza en función de sus necesidades, para poder hacerse regalos, darse sorpresas, invitarse el uno al otro, etc.

Siempre es bueno mantener la transparencia y compartir, pero conviene establecer cierta privacidad en la economía y autonomía para elegir lo que hace con el dinero propio. De esa forma, se evita tener que convencer al otro de que hay que comprar algo, buscar la aprobación o luchar contra la desaprobación de las compras.

Cuidado con los excesos

La persona que descuida sus propios intereses y necesidades para atender preferentemente las ajenas, muestra una actitud muy poco adaptada, porque la primera obligación la tenemos con nosotros mismos y nuestra conservación.

Una actitud demasiado generosa tiene que ver con una necesidad de aprobación a cualquier precio, lo que indica una dependencia afectiva. En el amor, la familia o el trabajo, hay que ser generoso hasta donde se pueda, siempre que no se deje de ser uno mismo y se respete al otro.

Además, acceder a todo lo que nos piden conduce a que los demás no tengan la posibilidad de pedirnos más, y si acostumbramos regalar un servicio o bien material que tiene un valor determinado, quien lo recibe dejará de darle importancia.

Las personas que se muestran “demasiado espléndidas” con el dinero y lo entregan en exceso, podría necesitar forjarse una imagen de dador, o bien intenta compensar alguna culpa del pasado, revalorizar su imagen o sentir que es una buena persona.

¿Dadivosos?

En nombre de la protección de los hijos, a veces lo que se hacemos es someter, dominar, manejar o vivir su vida en vez de la propia, porque se tiene gran dependencia emocional de ellos. Aunque queremos que se independicen, al mismo tiempo se desea retenerlos.

Existe mucha manipulación disfrazada de la “amplia generosidad”, de un padre que “da todo y de todo” a sus hijos. A veces es difícil establecer la frontera entre la protección y el intento de sometimiento, que significa “ahora te doy, pero después te paso la factura”.

Para dilucidarla, conviene hacerse algunas preguntas: ¿qué parte de mí se gratifica cuando doy? ¿Es la parte pura, generosa, de apoyo o de acción educativa? O bien, ¿es la que dice “así me querrá más y tendré más autoridad sobre mi hijo?”.

La clave consiste en fomentar en uno mismo y en los hijos la independencia emocional, para así saber tomar las mejores decisiones. - (Agencia EFE).

Recomendaciones financieras

Algunas sugerencias para la buena administración del dinero:

Procure pagar la cuenta de sus tarjetas de crédito en el tiempo establecido.

No siga los consejos financieros de personas sin experiencia en el ramo.

Siempre que sea posible, negocie una compra e indague acerca de descuentos.

Planifique su presupuesto mensual de gastos, con base en sus ingresos. Procure apartar determinado porcentaje para ahorro.

Enseñe a sus hijos la buena administración del dinero desde que son pequeños. También es bueno que les enseñe formas para ganárselo con trabajo.


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