jueves, 6 de septiembre de 2007

EQUUS, 30 AÑOS DESPUÉS

Roberto Oliva habla de los desafíos de montar esta controversial obra
Por: Prensa Libre


Roberto Oliva. (Foto PL: Lucía Herrera).

En 1977, la puesta en escena de Equus puso al desnudo a una sociedad afectada por una moralidad poco constructiva.

Luego de tres décadas, Roberto Oliva retoma la controvertida obra y reflexiona sobre las diferencias entre el pasado y la época actual.

¿Cuál fue la idea de montarla hace 30 años?
En ese momento fue una propuesta de Javier Riera quien trajo la obra, la tradujo y la montó. Yo colaboré en la dirección artística. Creo que en ese momento no hubo una visión más crítica del contenido del texto. Esta vez sí tiene otra carga, cuando hablamos sobre la recuperación del Teatro de Arte Universitario (TAU), de volver a hacer un teatro de alto nivel, como corresponde a la Usac.

¿Ha cambiado la sociedad?
En el 77 posiblemente tuvimos llenos completos en casi 40 funciones, porque por primera vez en el país había desnudos, y ello llamaba la atención. Esto desató posturas interesantes. Por ejemplo, Jorge Palmieri defendió esta apertura, pero hubo ataques que señalaban una moralidad que siempre nos ha afectado. Ahora, el público ha salido satisfecho pues la obra atrae a gente que busca buen teatro. En cierta manera hay una evolución del guatemalteco en cuanto a este tipo de planteamientos. Esta vez he retocado los desnudos para hacerlos más atrevidos, pero más artísticos.

¿Por qué retomó la obra?
Creo que, en el momento actual, Guatemala ha llegado más o menos al nivel en que hace 30 años estaba Inglaterra. Que es donde se desarrolla la trama. Por ejemplo, el protagonista, Allan Strang, que saca los ojos a cinco caballos, lo hace por motivaciones especiales condicionado por la sociedad. Me parece un símil con lo que pasó en Villa Nueva, en una especie de misa negra en la que unos muchachos mataron a unos niños. Creo que estamos en un momento en el que las maras reaccionan de forma similar.

¿Cómo seleccionó a los actores?
Herbert Meneses, el actor en quien recae el personaje del siquiatra que atiende Strang, tiene una estampa muy internacional. Además Brenda Rodríguez y la Mona (Ma. Mercedes) Arrivillaga, a quienes plantée el reto de hacer personajes dramáticos; Carlos López Pinto, a quien le queda como anillo al dedo el papel del padre de Strang, y Cristina Mazariégos como la enfermera. Cinco jóvenes con cuerpos de físico culturistas hacen los papeles de caballos que ofrecen un verdadero espectáculo y, además, tres debutantes: Byron Sisniega, como el Sr. Dalton, dueño de las caballerizas; Christian Vargas, quien hace perfectamente el papel de Allan Strang, y Gaby Hernández, como Jill, la chica que lo trata de seducir. Ambos enfrentan con valor sus roles pues, aparte de debutar en un teatro profesional, realizan los desnudos, lo cual no es fácil. El resultado es muy satisfactorio.

¿En qué medida se apartó del libreto?
Busqué no “chapinizar” la obra. No estamos en Guatemala, sino en un establo cercano a Winchester, Inglaterra, como lo concibió Peter Shaffer. Reduje mi versión, pero lo más significativo es que le quité el final y lo cambié. Estoy satisfecho pues, en el 77, Carlos López Moctezuma, el gran actor mexicano, vino para ver la obra. Al finalizar preguntó ¿quién cambió el final? Yo me presenté y me dijo: “La he visto muchas veces, incluso en Francia y en Londres, y esta es la mejor versión que he conocido”. Esta es, por supuesto, la primera vez que lo digo en público.

• Cuándo, dónde

Equus, de Peter Shaffer.

Las funciones tienen lugar en Soloteatro. Av. Las Américas 7-20 zona 13.

Se presentará los días 8, 15, 16, 22, 23, 28, 29 y 30 de septiembre, a las 20:30 horas.

Admisión, Q60.00, y Q30.00 para estudiantes con carnet.


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