lunes, 17 de septiembre de 2007

LOS PARTIDOS GOBIERNAN, SE DEBILITAN Y MUEREN


Realizan mala gestión, y el guatemalteco aplica el voto de castigo
Por: Prensa Libre

En 1986, la simpatía por el líder de la Democracia Cristiana Guatemalteca Vinicio Cerezo dejó lugar a frustración, apatía y rechazo hacia esa agrupación.
Las organizaciones políticas que han gobernado el país tienden a debilitarse, y en el peor de los casos, a desaparecer en menos de 12 años. Así lo demuestra la vida de al menos cuatro partidos que no han logrado la reelección desde que inició el período de democratización, en 1985.

El debilitamiento ha ocurrido en el Partido de Avanzada Nacional (PAN), el Frente Republicano Guatemalteco (FRG) y empieza la Gran Alianza Nacional (Gana), que no repite la Presidencia.

En el caso de la Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG), desaparece de la escena después de 55 años de actividad política.

Los analistas dicen que esas agrupaciones han recibido una misma dosis letal: el voto de castigo que aplica en guatemalteco ante una gestión que no le pareció y que le provocó crisis en su forma de vida.

El politólogo Edelberto Torres Rivas interpreta el fenómeno de esta manera: “Pese a que tenemos un electorado poco democrático, practica el voto de castigo. Cuando el gobierno de turno hace un buen trabajo, los ciudadanos lo eligen de nuevo. El mejor ejemplo es el Partido Social Demócrata de Suecia, que estuvo en el gobierno por 40 años”.

Además de no hacer una buena gestión, esas agrupaciones han tenido otro factor común, y es el que han descansado bajo la figura de un caudillo o líder, y no bajo la cohesión ideológica.

El PAN, con Álvaro Arzú; el FRG, con Efraín Ríos Montt, y la DCG, con Vinicio Cerezo.

Carlos Herrera, catedrático de Sociología de la Universidad de San Carlos, explica que la falta de democracia interna, de formación de nuevos líderes y de orientación ideológica en los partidos políticos causa una muerte agónica.

“Lo que ocurre en esas agrupaciones es el ejemplo del sistema de partidos políticos en Guatemala. Todos descansan en una figura, y no en una ideología y en un programa de gobierno”, dice Herrera.

Así ocurrió con la DCG, según Carmen Rosa De León Escribano, hija de René De León, uno de los fundadores de esa agrupación. “La dirigencia abandonó el proyecto y a la juventud”, se queja.

Mal generalizado

Hernández y Torres aseguran que el mal está generalizado en todo el sistema político.


Han sido casi 50 los partidos que han figurado en el escenario político.

En las elecciones del 1 de julio de 1984 ya participaron 17 partidos.

En las generales de 1995, los partidos participantes fueron 26. Sin embargo, a inicios del 2000, luego de la cancelación de varios partidos que no lograron el 4 por ciento del voto en las elecciones de fines de 1999, sólo 10 partidos funcionaban legalmente, es decir, alrededor del 80 por ciento de los partidos ha sucumbido.

Evolución: Hacia el ocaso

La creación de partidos alrededor de figuras, y no de ideologías, ocasiona el declive.

1.- Las agrupaciones políticas que han estado en el poder se han formado en torno a un caudillo, un líder que por años no abandona la dirección ni permite la democratización interna.

2.- Esas organizaciones han girado en torno a esa figura de líder, y no a un proyecto partidario.

3.- Empiezan su fin cuando gobiernan, pues en sus actos no han favorecido a la mayoría; de ahí que no son reelectos.


4.- Ninguna agrupación que ha estado en el poder ha logrado un segundo período de gobierno durante estos últimos 22 años de democratización.


5.- Después de dejar el poder, los partidos políticos inician su ocaso y, poco a poco, las bancadas de esas organizaciones empiezan a debilitarse.

6.- Ejemplos: Democracia Cristiana Guatemalteca, Movimiento de Acción Solidaria, Partido de Avanzada Nacional y Frente Republicano Guatemalteco.

7.- La Gran Alianza Nacional ocupa el segundo lugar en las bancadas del Congreso, aunque la ciudadanía no respaldó a Alejandro Giammattei.

Ninguna agrupación ha repetido

Guatemala es un cúmulo de historias políticas convulsas.

Después de que fuera electo José María Reyna Barrios, el 15 de marzo de 1892, éste intentó su reelección por la fuerza, pero no la logró.

En 1931, el Partido Liberal Progresista publicó, después de la toma del poder de Ubico: “El principio de no reelección quedó establecido, como ha quedado fundada la escuela de la libertad”. Sin embargo, seis años después, el mismo partido trabajó para la reelección de Ubico.

Ni la Democracia Cristiana Guatemalteca ni el Partido de Avanzada Nacional, ni el Frente Republicano Guatemalteco, ni la Gran Alianza Nacional, lograron un segundo período en el Gobierno.

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