lunes, 10 de septiembre de 2007

BENEDICTO XVI REIVINDICA EL DOMINGO COMO DÍA DEL SEÑOR

Reflexión: Durante su visita a Austria, el Papa invitó a transformar nuestras vidas

Benedicto XVI preside la homilía ayer en Viena, Austria, como una de sus últimas actividades en su visita a este país de mayoría católica, donde llamó a la concordia y solidaridad mundial. (Foto Prensa Libre: AP).

Viena, Austria. / El Papa reivindicó ayer el domingo como el “día del Señor” y denunció que en la sociedad occidental esta jornada se ha transformado en “fin de semana, tiempo libre” y que aunque el ocio es necesario “si no tiene un centro, que es el encuentro con Dios, acaba con ser un tiempo perdido”, aseguró.

Benedicto XVI hizo esta manifestación en la homilía que pronunció en la misa que celebró en la catedral de San Esteban, durante su último día de visita a Austria, a la que asistieron varios miles de personas, bajo una incesante lluvia y en un día desapacible.

El Pontífice comenzó la homilía y recordó la frase de los primeros cristianos sine dominico non possumus, sin el Día del Señor no podemos vivir, y agregó que esas palabras siguen teniendo vigor en esta época, ya que el hombre necesita “un centro, un orden interior y una relación con Aquel que sostiene nuestra vida”.

Sin eso no se da, la vida está vacía, subrayó el Obispo de Roma, que agregó que para los cristianos el domingo no es sólo un día de precepto, sino una necesidad.

El Papa Ratzinger agregó que la “alocada vida” que hoy se vive “no da tranquilidad a las personas y se acaba con la vida perdida”.

El Papa teólogo añadió que el domingo tiene que ser la jornada de la gratitud y de la alegría por la creación y que en esta época “en la que las intervenciones del hombre ponen al mundo en peligro” es necesario más que nunca darle esa dimensión al séptimo día.

Luego de la misa, el Pontífice salió a la plaza de la catedral, donde fue acogido con aplausos y vítores por los presentes, a los que dijo que había compuesto una oración a la Virgen de Mariazell.

Después rezó el ángelus en la plaza de la catedral, el Papa visitó en las afueras de Viena la abadía cisterciense de Heiligenkreusz, la más antigua del mundo, y luego se reunió con el mundo del voluntariado. Después emprendió el regreso a Roma. - EFE.

Crisis: Evita hablar de abusos

El Pontífice no se refirió, como se esperaba, a la crisis de la Iglesia Católica en Austria, donde recientemente estallaron varios ecándalos sexuales, entre ellos, acusaciones de abusos a niños contra un cardenal, a lo que se suma la pérdida de miembros de la Iglesia y el peligro que ésta corre de perder su posición dominante en un país de profunda tradición católica.

En sus discursos del viernes y el sábado pasados, el Papa condenó el aborto como algo “contrario” a un derecho humano y criticó la falta de nacimientos en Europa, así como tener cuidado con la ciencia.




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