viernes, 3 de agosto de 2007

REINA DE LAS VIRTUDES

En un mundo que exige vivir prácticamente a contrarreloj pareciera que ya no hay lugar para la paciencia.
La prisa y el estrés, se han encargado de quitárnosla y dejamos de vivir a plenitud. Cuando se dice que la paciencia es la madre de la ciencia, es porque esta engloba otras virtudes como la tolerancia, perseverancia, amor y humildad, señala la psicóloga Ana Lucía Rosel de Padilla.
El sacerdote Dominic Radecki de la Congregación María Inmaculada, en el libro La virtud de la paciencia, se refiere a ésta como la virtud que nos ayuda a soportar tranquilamente a preservar la serenidad en medio de los sufrimientos de la vida. Suaviza las penas y evita el enojo. Hay obstáculos que sólo pueden vencerse a través de ella.
Práctica diaria
Aunque cultivarla no es sencillo, está al alcance de todos. Antes de perderla por completo en cualquier situación (escuchar un largo, denso y aburrido discurso; cuando un hijo se porta mal y hace travesuras, en el tráfico, en las colas de los bancos, ) y de “echar rayos y centellas”, una buena técnica es respirar profundo, pues eso conduce a la relajación, comenta Rosel de Padilla.
“La paciencia es como hacer un alto en mi vida, en el aquí y el ahora para tomar las decisiones más adecuadas de manera serena y sin temor a equivocarnos”, opina Lilly Gutiérrez, terapista de Amisol, asociación dedicada a fortalecer el desarrollo integral de los seres humanos.
Añade que el quererse uno mismo y sentirse satisfecho con su ser interior, es uno de los primeros pasos que se deben seguir, para alcanzarla. ¿Y por qué ir tras ella? La respuesta estriba en que un ser humano paciente, tendrá mayor capacidad para resolver los conflictos con mayor discernimiento y las posibilidades de error y derrota serán menores.
No se trata de que soporte todo lo malo que se le viene encima, sino de saber cómo y cuánto esperar, y lo mejor de todo, en qué momento actuar.
“En conclusión, es símbolo de madurez”, añade Rosel.
Poco a poco
La paciencia debiera fortalecerse a diario con acciones sencillas. El desgaste emocional que producen las reacciones negativas, cuando la impaciencia se apodera de los individuos, es contagioso y por eso, los seres humanos deben proponerse practicarla en casa primero, para luego extenderla al entorno social.
Antes de alzarle la voz a su pareja, de pegarle o gritarle a un hijo, de contestarle mal a alguien, de enfurecerse y decir algo de lo cual se arrepentirá, pregúntese: “¿Vale la pena?”, sugieren las profesionales entrevistadas.
Hable, diga todo lo que deba decir, pero con calma. Se logra más por las buenas que por las malas y si no lo consigue a la primera vez, sea paciente que seguro que más adelante lo logrará. “Con paciencia, las relaciones interpersonales en cualquier ámbito se mejoran”, apunta Rosel.
En el caso de situaciones que no dependen de usted y que provocan malestar, como por ejemplo, hacer largas filas a consecuencia de la burocracia, trate de sacarle provecho a esa espera. Llame por teléfono a un amigo, lea un libro o anote algunas ideas innovadoras para su trabajo.
Si va en su auto y el tránsito es denso, escuche música clásica o consiga algún curso de meditación en audio y así ganará ese tiempo. La creatividad se convierte en una semilla y a la vez en un fruto de la paciencia.
Hermana tolerancia
Una virtud que va junto con la paciencia es la tolerancia /del latín tolerare: sostener, soportar) que no es más que respetar las diferencias individuales y las otras formas de pensar, sentir y actuar.
Se dice que ambas virtudes van de la mano, ya que sin paciencia no se puede ser tolerante, explica Rosel.
La tolerancia es el respeto con igualdad sin distinciones de ningún tipo lo que implica aceptarse unos a otros. Es fundamental para convivir armónicamente en sociedad. Si bien la paciencia está más ligada a la capacidad de esperar con tranquilidad, la tolerancia da las pautas para poder aceptar y comprender de mejor manera, esas situaciones que nos impacientan, sobre todo en lo referente a las actitudes de las personas.
El ser paciente, podrá escuchar en paz los puntos de vista de otros y asimismo exponer los propios para llegar a un entendimiento.
Frases
•“Sólo con paciencia conquistaremos la ciudad que dará luz, justicia y dignidad, y la poesía no habrá cantado en vano”. - Pablo Neruda (1904-1973) Poeta chileno.
•“Nada resulta más atractivo en un hombre que su cortesía, su paciencia y su tolerancia”. - Marco Tulio Cicerón, filósofo latino (siglo I).

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