Los dos boxeadores cubanos que desertaron durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro y fueron encontrados el jueves serán deportados a Cuba en cuanto las autoridades de ese país entreguen sus pasaportes, informaron fuentes policiales.
Los boxeadores Guillermo Ringodeaux, de 26 años y dos veces campeón olímpico y mundial de peso gallo, y Erislandy Lara, de 24 años y campeón mundial de la categoría welter, "están bajo libertad vigilada" debido a que, por carecer de pasaporte, técnicamente están en situación irregular en Brasil.
Tras ser sorprendidos el jueves en un balneario en el norte del litoral de Río de Janeiro, en donde pasaron varios días al lado de un empresario cubano y de otro alemán, así como de tres prostitutas, los boxeadores fueron conducidos en la madrugada del viernesa un hotel, en donde son custodiados por agentes de la Policía Federal.
Un vocero de la Policía Federal dijo que los dos deportistas tendrán que regresar a Cuba, en la condición de deportados, apenas reciban sus pasaportes y encuentren cupos en los vuelos con destino a La Habana.
La razón es que los visados con que contaban sólo autorizaban su permanencia en Brasil durante los Juegos Panamericanos, que fueron clausurados el pasado domingo.
Ringodeaux y Lara fueron retenidos el jueves en el balneario de Araruama por agentes de la Policía Militar de Río de Janeiro que los identificaron por los característicos dientes de oro que han hecho famoso al primero.
En sus declaraciones ante la Policía Federal, los dos boxeadores dijeron que están arrepentidos y desean regresar a Cuba, y rechazaron la ayuda de dos abogados que se presentaron en la sede de la Policía Federal y que insistieron en representarlos.
Los dos cubanos habían sido vistos los últimos días en diferentes balnearios del litoral norte de Río de Janeiro en total libertad y disfrutando de las comodidades de posadas, fiestas regadas con bebidas alcohólicas y mujeres, según informó hoy la prensa local.
Rigondeaux y Lara, las dos máximas estrellas del equipo cubano de boxeo y dados como seguros ganadores de medallas de oro, estaban desaparecidos desde el 22 de julio, cuando no se presentaron para el pesaje antes de sus peleas clasificatorias de los pasados Juegos Panamericanos.
El caso tuvo resonancia mundial y las deserciones fueron confirmadas y condenadas por el propio líder cubano, Fidel Castro, quien los acusó de "traición" a la patria.
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