domingo, 9 de septiembre de 2007

ANCIANOS Y DISCAPACITADOS ASISTEN A VOTAR

Civismo supera barreras físicas
Por: Prensa Libre

A sus 94 años, Ítalo Ocampo asistió, como en elecciones anteriores, al centro de votación del Colegio Alemán.

Acompañado por su hija Irma de Valdez, se sorprendió por la rapidez con que pudo emitir el sufragio. “¡Fue al chilazo!”, expresó sonriente. Minutos después, dijo que para él fue emocionante poder decidir quién dirigirá al país por los próximos cuatro años.

Con orgullo mostró su cédula llena de sellos, como prueba de que, como buen ciudadano, nunca ha faltado a la cita cívica para elegir gobernante.

Abigaíl de la Rosa, también de 94 años, acudió al Parque Central, convencida de que votar es una obligación cívica y con el ferviente deseo de que el futuro presidente brinde seguridad, acabe con la miseria y genere más empleos.

A pesar de los obstáculos

Muy temprano llegó, en silla de ruedas, Vilma Villalta, de 64 años, a la escuela de la colonia Paraíso I, zona 18. Se encontraba en la puerta del centro de votación antes de que éste abriera. “Vine temprano, porque, si llueve, no puedo salir corriendo”, dijo con humor. Aunque se formó una fila en la mesa que le correspondía, el presidente de la Junta le dio acceso preferencial para que emitiera el sufragio.

Algo similar ocurrió con José Efraín Tumac, de 35 años, quien asistió al subterráneo del Parque Central, en silla de ruedas. “Espero mejor administración en donde haya mejor infraesctructura, educación, y se reduzca la descomposición social”, dijo, después de haber votado.

Mientras tanto, Ana Ruth Mérida, reina de la Asociación Nacional de Ciegos y quien apareció en el suplemento Tribuna hace algunas semanas, votó en la Universidad Rafael Landívar, pues considera que es una obligación cívica.

Otto Mazariegos, quien emitió su voto con el sistema Braille, llegó entusiasmado a hacer “uso de ese derecho constitucional” y con el deseo de que la seguridad, la economía y las fuentes de empleo para todas las personas, sin ningún tipo de distinción, se cumplan con el futuro gobierno.

Tanto las personas de edad avanzada como aquéllas con dificultades para caminar, han afrontado obstáculos en algunos centros de votación cuyos accesos tienen gradas. Sin embargo, no ha faltado la solidaridad de otros ciudadanos, que, inmediatamente, se disponen a cargarlas con todo y silla o bien guiarlas, tomadas del brazo, hasta la mesa correspondiente.


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